Valentí Pich, presidente del Consejo General de Colegios de Economistas de España, ha definido el informe sobre la reforma fiscal, elaborado por un grupo de expertos, como un documento “sensato, razonable y sin cambios revolucionarios”, además de ser un análisis técnico del sistema tributario de nuestro país.
Los economistas españoles están de acuerdo en que el modelo actual es incoherente, difícil de entender y oscuro para aquellas personas no versadas en la materia, lo que redunda en que los ciudadanos no sean capaces de desentrañar en que se usa el dinero que sale de sus impuestos.
Pich ha destacado que únicamente un 3% de los ingresos de las comunidades autónomas son recaudados a través de 70 impuestos autonómicos que existen en España, unos tributos que para Joan B. Casas, decano del Colegio de Economistas de Cataluña, son creados por los gobiernos regionales para financiarse y cuadrar sus cuentas.
Por esta razón, Casas ha pedido que los cambios que vayan a aprobarse en la próxima reforma fiscal tengan en cuenta la reducción de ingresos que van a sufrir las comunidades autónomas y se las compense de alguna manera para evitar que se incremente su déficit público.
Por su parte, Nacho Cornet, presidente de la Comisión de Economistas Asesores Fiscales del Colegio de Economistas de Cataluña, no cree acertada tantas diferencias tributarias entre unos territorios y otros, y apuesta por una cierta uniformidad fiscal.
Como ejemplo ha puesto a Cataluña, que tiene unos tipos impositivos muy altos, comparados con otras comunidades y en cambio recauda menos que otras con una fiscalidad más baja, como Madrid.
Cornet ha solicitado a los dirigentes políticos que mejoren la eficiencia de la gestión y el control de las obligaciones tributarias para que “quien quiera pagar los impuestos tenga las máximas facilidades para hacerlo, y quien no quiera pagar tenga las máximas dificultades”.