E insisto en que lo que no coincido es el énfasis empleado contra las medianas y pequeñas empresas, pues parece que con estas medidas dejan de lado las grandes compañías que, día a día, son capaces de obtener beneficios de forma fraudulenta de miles de millones de euros.
Sea como sea, la opinión de una sola persona no puede detener el sistema y Hacienda ya se ha puesto manos a la obra inspeccionando empresas medianas con estos condicionantes. En estas inspecciones, los funcionarios de AEAT se introducen en los sistemas informáticos de las empresas accediendo a la contabilidad a través de sistemas SAP.
Además, la AEAT está mandando numerosos requerimientos a empresas medianas para fiscalizar sus gastos: autoliquidaciones del IVA, aplazamientos del pago de las retenciones en el IRPF, ingresos no declarados detectados gracias al empleo de nuevas fuentes de información, especialmente derivadas de registros administrativos y del análisis de signos externos de riqueza, y el uso abusivo de estructuras societarias para reducir la tributación de las retribuciones por la prestación de servicios.
Este 2014 ya cuenta, por parte de la AEAT, con un Plan Especial de Intensificación de Actuaciones de lucha contra el fraude, de carácter voluntario… algo así como lo de la amnistía fiscal de hace unos años.
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