Sin siquiera llegar a plantear el gasto económico que conllevaría la medida, al PP de Galicia le ha faltado tiempo para vetar la iniciativa de abrir los comedores escolares en verano para que los niños de las familias más desfavorecidas y afectadas por la crisis tengan un plato que llevarse a la boca diariamente.
La justificación aportada ante semejante desfachatez es que “no es adecuado”, dado que podría “generar excesiva visibilidad” a estos casos y “discriminación”. Señores, ¿de verdad nos creen tan estúpidos?
Bien es cierto que no es nada ideal tener que abrir comedores escolares en épocas vacacionales para que los niños tengan algo que comer, pero hemos de ser realistas y reconocer que en este país hay cientos, por no decir miles, de familias que, a causa de la crisis, los desahucios, el paro y demás, no tienen con qué alimentarse. Ni padres, ni abuelos, ni niños, ni nada.
Mucha queja por parte del partido gobernante, tanto en el país como en las respectivas comunidades, pero solución real ninguna. No hay más que palabrería sin sentido para promover medidas a largo plazo que, por experiencia, ya sabemos que no llevan a ninguna parte.
De seguir así, falta muy poco para que algún que otro padre, desesperado y sin saber qué más intentar, salga como un loco a la calle a intentar lo que sea para que sus pequeños puedan salir adelante. ¿Qué futuro nos espera? ¿Y a esos pequeños? Las posibilidades económicas, por mucho que nos intenten hacer creer desde las altas esferas políticas, son inexistentes todavía y queda mucho camino que recorrer para que ‘los de a pie’ notemos algo positivo; las reformas laborales sólo están sirviendo para generar más desempleo; los bancos siguen reclamando deudas desorbitadas y repletas de cláusulas suelo a pesar de expulsarnos de nuestras casas, esas que según la Constitución nos pertenecen por derecho… Y así podríamos seguir y seguir, pero es lunes y bastante desesperanza llevamos ya.