El Ejecutivo comunitario, a través de su portavoz de asuntos económicos y monetarios, Simon O´Connor, ha dejado claro que la reforma fiscal que aprobará en breve el Gobierno español no sigue todas las indicaciones formuladas desde Bruselas y podría dificultar la consolidación fiscal de nuestro país.
En concreto, O´Connor ha comentado que “el Gobierno no ha anunciado ningún traslado de la carga impositiva desde las cotizaciones a la Seguridad Social hacia los impuestos indirectos, tal y como recomendó el Consejo de ministros de Economía como vía para impulsar la creación de empleo”.
La Comisión Europea critica también, a la vista de alguna de las medidas de la reforma fiscal que ha hecho públicas el Ejecutivo de Mariano Rajoy, que mientras el Gobierno español busca simplificar el IRPF, no elimina algunas deducciones e incluso otras serán ampliadas.
En Bruselas están muy preocupados por la bajada en la recaudación que se va a producir en nuestras finanzas públicas en 2015, momento en que entrará en vigor la reforma fiscal.
La Comisión cree que la reforma fiscal impedirá reducir el déficit público y cumplir así los compromisos firmados con la Unión Europea en esta materia. El Gobierno comunitario no ve claridad en las medidas planteadas y desconoce el impacto de las mismas en la recaudación.
Pero no todos son malas noticias desde Europa. La Comisión aplaude la reducción del IRPF, ya que eso permitirá a los asalariados disponer de más rentas, así como el esfuerzo realizado para que el Impuesto de Sociedades amplíe su base.
En definitiva, una muestra más de que nuestro país es dirigido desde Bruselas y cualquier iniciativa que se salga de esa hoja de ruta es criticada, abierta y significativamente.
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