Ayer, yendo en el coche, escuché en la radio las novedades sobre el conflicto de Irak y rápidamente se me vino a la cabeza una idea: el precio de la gasolina. Y, como a mí, a los mandamases también, con las consecuencias que ello conlleva.
De hecho, nada más encender el equipo esta mañana y ver las noticias, me encuentro con las palabras del secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, justificando un futuro aumento del precio del petróleo de cara al verano debido al conflicto de Irak y las tensiones en otros países de la zona.
Poco han tardado, como era de esperar, en buscar una excusa para un hecho que se repite cada vez que se prevé un gran desplazamiento de vehículos por tema vacaciones.
Y es que, a pesar de todo lo que esté pasando en Irak, de momento, el importe del codiciado petróleo ha pasado de costar 110 dólares el barril a tener un importe de 114 dólares. Una subida que a todas luces no es alarmante pero que, por supuesto, como los iraquíes son muy malos y los demás no tenemos nada que ver, provocarán una subida exponencial del precio del crudo en menos que canta un gallo.
Para Nadal está más que claro: “la gasolina suba en verano, es un hecho objetivo”. Vamos, que pase lo que pase, como ya sabemos, la gasolina volverá a estar por las nubes. Como ahora está tirada de precio…
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