Un 20,39% de los pensionistas de la Comunidad de Madrid han dejado de comprar medicamentos debido a las dificultades económicas que atraviesan.
El anuncio, de una crudeza impensable para un país que se llama del “primer mundo” forma parte del “Informe sobre la asistencia sanitaria tras los recortes y los planes de sostenibilidad”, realizado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP).
El estudio se ha realizado en 46 centros sanitarios de la Comunidad de Madrid y señala además que un 25,92% de los desempleados y un 1,77% de los trabajadores en activo tampoco compran medicamentos por su escasez de recursos económicos.
De todas las personas encuestadas, un 70,82% toman medicamentos en ese momento y un 2,80% los reciben a través de la farmacia de algún hospital. La cuantía mensual que dedican a la compra de medicamentos alcanza los 10,41 euros. De ese 73,62% que tiene que medicarse, el informe revela que un 14,76% no lo hace por no poder costearse los medicamentos, teniendo unos ingresos familiares menores a 1.000 euros, con una media por persona de 295 euros al mes.
Al mismo tiempo, los tiempos de espera para acudir a la consulta de un especialista son de alrededor de 100 días, de 54 en el caso de tener que someterse a alguna prueba diagnóstica y de más de 7 meses de lista de espera para operaciones quirúrgicas.
Los autores del estudio señalan que “la conclusión final es que el sistema sanitario en la Comunidad de Madrid tiene graves problemas de demoras en la atención, y que se está produciendo una barrera en el acceso a las prestaciones farmacéuticas en las personas con bajas rentas, de manera que muchas de ellas dejan de tomar los tratamientos prescritos con los problemas secundarios que ello producirá, negándoles en la practica el derecho a la protección a la salud reconocido en la Constitución”.
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