El Gobierno argentino se está enfrentando a un problema de difícil solución durante estos días. No ha conseguido llegar a un acuerdo de pago con los fondos buitre que le reclaman 1.500 millones de dólares, aunque portavoces gubernamentales han señalado que el dinero existe y la intención de pagar también.
Ante este estado de cosas, Standard & Poor´s, la conocida agencia de calificación de deuda, ha reducido el nivel de la deuda argentina al nivel de “cese de pagos selectivo”, que implica que la suspensión de pagos no afecta a todos los acreedores del país pero puede ser el paso siguiente.
Por su parte, Axel Kicillof, ministro de Economía del Gobierno argentino reitera, una y otra vez, que el país es solvente y ha comentado que ““Argentina pagó, tiene plata, va a seguir pagando en los próximos vencimientos porque quiere hacerlo y porque está en disposición. ¿Cómo alguien puede decir que hay una cesación de pagos declarada por un juez? Es a él a quien le atribuimos la responsabilidad, al juez Griesa”.
Kicillof arremete así contra el juez estadounidense que dio la razón a los fondos buitre en la demanda que presentaron contra el Gobierno argentino para cobrar el 100% de la deuda que compraron en su momento, en lugar de acogerse a la quita que si pactaron la gran mayoría de los acreedores de Argentina.
El titular de Economía argentino ha reiterado que el Ejecutivo está dispuesto a seguir negociando para alcanzar un acuerdo, pero siempre bajo la premisa de no perjudicar al país ni a los ciudadanos argentinos, así como de respetar las leyes nacionales, cumpliendo al mismo tiempo con las condiciones que se firmaron en las quitas de 2005 y 2010.
Este es el segundo episodio de este tipo que ocurre en Argentina desde la suspensión de pagos de 2001 que trajo como consecuencia el corralito económico. En este caso se trata de una quiebra que puede tener fácil solución si la justicia norteamericana pone de su parte, aunque en cualquier caso, los expertos macroeconómicos afirman que el ciudadano argentino notará las consecuencias de esta crisis y la credibilidad del país en los mercados financieros internacionales se verá perjudicada.
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