Un estudio realizado por Kelisto afirma que los españoles somos los ciudadanos comunitarios con comisiones más altas por el uso de tarjetas bancarias. En nuestro país, sacar dinero en un cajero de una entidad distinta a la nuestra supone pagar una comisión de 2,5 euros, frente a los 1,4 euros de la media de las siete economías más importante de la Unión Europea.
Tras España, las comisiones bancarias alemanas se sitúan en los 2,2 euros, 1,95 euros en Italia y 1 euro en Francia. En Suecia, Holanda y Reino Unido, los bancos no cobran comisión aunque el usuario no tenga cuenta en alguna de sus oficinas.
En España se da el caso de que los bancos cobran comisiones incluso por sacar dinero en su propia red de cajeros. En el Reino Unido, Suecia y Holanda no cobran comisiones ni aunque se saque dinero en una red de cajeros distinta y en Alemania no hay comisiones siempre que el consumidor utilice cajeros de su red. En el caso francés e italiano solo hay una red y solo se cobran comisiones si el cajero pertenece a una entidad distinta a la del usuario.
Según Estefanía González, portavoz de Finanzas Personales de Kelisto, “más de 28 millones de personas sufren las consecuencias de los graves desequilibrios que provoca el actual sistema de cuotas y comisiones de las tarjetas bancarias en España. Esta situación es el resultado de una serie de factores, como una normativa deficiente, lagunas en materia de transparencia informativa y la complejidad de un sistema que deja en total desventaja al consumidor. A todo ello se suma una evidente ausencia de acción gubernamental o pública, que en otros países ha posibilitado avances hacia una situación más justa. Además, la falta de iniciativa por parte del sector y su escasa autorregulación han contribuido a que se agraven estos desequilibrios”.
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