El Ejecutivo francés piensa aprobará en unos días un paquete de medidas que saquen al país del estancamiento económico en que se encuentra. Las propuestas pasar por revitalizar el sector de la construcción y reducir impuestos para aquellas familias que tengan las rentas más bajas.
El ladrillo está siendo un gran problema para el Gobierno de Paris. La construcción está en los índices más bajos de los últimos 16 años, algo que los empresarios del sector atribuyen a la normativa que ha entrado recientemente en vigor y que limita el precio de los alquileres en ciudades de más de 50.000 habitantes.
Harlem Desir, secretario de Estado para Asuntos Europeos, ha afirmado que los franceses conocerán muy pronto las nuevas medidas, que los hogares más humildes verán bajar su presión fiscal y que desde el Gobierno de Francia se va a actuar contra la paralización de la construcción, ya que el sector “es una prioridad para poner en marcha la economía y crear empleo”.
El país vecino se ha visto obligado a reducir sus previsiones de crecimiento y ya ha advertido a la Unión Europea que no podrá cumplir su objetivo de déficit público, dado que su economía lleva seis meses sin crecer.
Desir ha pedido repetidamente a Europa que se flexibilicen los plazos para alcanzar el objetivo de déficit pactado y que desde el Banco Central Europeo y la propia Unión Europea se articulen las políticas adecuadas para reconducir la incipiente recuperación económica.
Así, el alto cargo galo ha sugerido que el BCE sea más ambicioso en sus objetivos y que Jean-Claude Juncker, flamante presidente de la Comisión Europea, explique en que consiste el programa de inversiones trianual de 300.000 millones de euros que prometió en su discurso de investidura.
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