La agencia Fitch ha estimado que nuestra economía se estancará el año próximo y el siguiente si la Unión Europea entra en deflación económica.
Fitch afirma que su análisis parte de una situación de baja inflación en los países del euro, aunque a la vista de la evolución de los indicadores, una posible deflación se ve como una posibilidad significativa y creciente.
Por esta razón, Fitch plantea una hipótesis alternativa, con una deflación de tipo japonés y analiza la repercusión de esta situación en la eurozona y en sus países.
Ed Parker, responsable de ratings de Fitch en Europa, ha comentado que “la baja inflación de la eurozona no puede ser totalmente explicada por factores temporales. Refleja la debilidad de la economía de la eurozona, con una baja demanda, una gran brecha de producción, un alto desempleo, unas elevadas cargas de deuda y unas débiles perspectivas de crecimiento”.
Según Fitch hay ciertas similitudes entre la situación económica japonesa y la de la eurozona, dado el envejecimiento de la población, la situación del sector financiero comunitario y la bajada de los activos bancarios.
Para España, Fitch sitúa la inflación de 2015 en el -1,5%, con una leve subida en 2016, que quedaría en el -1,2%. Posteriormente se estancaría en el 0%, mientras que el PIB español subiría un 0,9% para 2017 y 2018.
En cuanto al paro, se iría reduciendo levemente, acabando 2016 con un 24% de desempleo en nuestro país, con una deuda bruta que seguirá subiendo hasta llegar en 2022 al 120,5% del Producto Interior Bruto nacional.
Por el contrario, si la deflación no se hace realidad, Fitch prevé crecimientos en nuestra economía del 1,5% el año próximo y en 2016, con una inflación estable del 1%. Respecto al desempleo, en 2016 estaría fijado en el 22,5% de la población activa y la deuda bruta no superaría el 103,3% del PIB en ese mismo año.
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