Los españoles verán incrementada su presión fiscal en 2015, quedando en el 34,1%, un 0,5% más que este año, aunque se reduzca el IRPF y el Impuesto de Sociedades.
Este porcentaje de presión fiscal, que representa las cotizaciones sociales y los impuestos que pagan los ciudadanos, se constata analizando el “Plan Presupuestario de 2015”, documento que el Gobierno de Mariano Rajoy ha enviado a la Unión Europea, y en el que se explica que el Estado recaudará 3.800 millones menos que este año, sin que ese merma de ingresos repercuta en un aumento de sus ingresos.
La presión fiscal subirá el año próximo por el aumento del impuesto sobre importaciones y la producción y la subida de la presión fiscal sobre los impuestos corrientes.
En lo relativo a los impuestos del capital, la presión fiscal será prácticamente la misma en 2015, e incluso la relacionada con las cotizaciones sociales bajará un 0,03%.
El documento remitido a Bruselas señala que los ingresos totales subirán un 0,4% el año próximo, mientras que los gastos totales se reducirán un 1,01%, siempre hablando en relación con el Producto Interior Bruto de nuestro país.
El Estado gastará menos en la remuneración de sus empleados, principalmente por la inexistencia de ofertas de empleo público que sustituyan a los empleados que se jubilan. El mismo comportamiento tendrán las transferencias sociales y las prestaciones por desempleo, en este último caso al preverse que se reducirá el número de parados que perciban algún tipo de prestación o subsidio.
Lo que si aumenta un 0,05% son las partidas presupuestarias destinadas a pagar intereses de la deuda, por el incremento del déficit público de nuestro país.
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