En los próximos días, la Reserva Federal anunciará el fin de la “flexibilización cuantitativa”. Esto es, la Reserva Federal dejará de imprimir dinero ‘falso’ para paliar los males de la banca, con lo que la economía mundial se verá seriamente afectada.
Y es que, los 3,5 billones de dólares que la Reserva Federal de EEUU inyectados en 2008 en el sistema financiero se están acabando. ¿De dónde ha salido este dinero? Simple, de las impresoras de billetes, con lo que ni es dinero real, ni nos sirve para nada… a excepción de alargar la agonía de un sistema financiero diseñado para beneficiar a unos pocos.
Ahora que esta inyección de dinero ‘falso’ llega a su fin, mucho se preguntan cómo van a reaccionar los mercados y, eso, queridos lectores, nadie lo sabe o, mejor dicho, no nos lo quieren decir ni dejar ver. Sin esta flexibilización cuantitativa, el mundo hubiera entrado ya en una depresión deflacionaria pero, en vez de poner fin a un sistema económico inservible, se consideró que lo mejor era “empapelar” los problemas con dinero fácil, a pesar de tener entre manos un sistema financiero global de lo más inestable.
Aquel que se jacte con frases tan repetidas últimamente de que la crisis ha terminado no es más que un mentiroso más. Nadie sabe qué es lo que va a suceder en esta pirámide de deuda que podría derrumbarse en cualquier momento (si es que no lo está haciendo ya). Es un misterio que aún no haya estallado esta bomba, aunque seguramente se debe a la infinidad de falsedades que autoridades políticas y económicas globales están contando para que no nos percatemos de la situación real de la economía global.
Seguramente toda esta trama sea la que ha permitido que, este fin de semana, se desvelasen los “magníficos” resultados de la auditoria bancaria realizada por el BCE, donde una vez más nos intentan vender las bondades de la recuperación económica… independientemente de que la realidad sea muy distinta.
Foto | Fernando Carmona Gonzalez