El escándalo está en la calle. 86 exconsejeros y ex directivos de Caja Madrid, una de las cajas que formó la actual Bankia, son sospechosos de utilizar fraudulentamente tarjetas de empresa de la entidad con la que pudieron haberse gastado 15 millones de euros en compras privadas.
La Audiencia Nacional ya es conocedora del caso y ha iniciado las pesquisas a través del juez Andreu. Los investigados formaron parte de las cúpulas dirigentes de Caja Madrid durante los mandatos de Miguel Blesa y Rodrigo Rato y gastaron más de 200.000 euros por persona en un periodo de diez años, a través de unas tarjetas que no contaban con la aprobación del Consejo de Dirección de la entidad, utilizándolas incluso después de terminar su vinculación con la caja de ahorros.
Desde la Fiscalía Anticorrupción se cree que los dirigentes de Caja Madrid pudo incurrir en delitos de apropiación indebida y societarios por utilizar tarjetas de empresa para usos privados, como obtener dinero en efectivo, comprar ropa o productos de alimentación. Además, el fiscal sospecha también que el dinero que obtenían los directivos con estas tarjetas no era declarado a Hacienda.
Existe ya en Internet un listado con los directivos que se beneficiaron de estas tarjetas y las cantidades que gastaban anualmente y algunos de ellos, como el propio Rodrigo Rato, han devuelto parte de ese dinero a Bankia, sucesora de Caja Madrid, tras el requerimiento que esta entidad les envió para que justificaran esos gastos.
Incluso se da el caso de algunos consejeros de Caja Madrid que, teniendo acceso a estas tarjetas, apenas las utilizaban, un hecho que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria constata en un informe, al señalar que “se aprecia el hecho de que varios de los consejeros o directivos receptores de estas tarjetas no hicieron uso de las mismas, o limitaron el uso a cantidades compatibles con el fin o destino normal, lo que justifica que era posible advertir lo indebido de un uso personal o impropio”.
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