El BCE ha iniciado hoy la compra de bonos garantizados, una de las últimas propuestas que puede llevar a cabo para que el sector financiero de la eurozona reavive el crédito a las empresas y a las familias de los estados del euro.
Los bonos garantizados son aquellos que tienen su cobro asegurado y que en nuestro país se conocen como cédulas hipotecarias o territoriales, dependiendo de si son para el sector privado o público.
Estos bonos garantizados, que en teoría son un producto muy seguro, no los quieren los mercados financieros, y por eso los compra el BCE.
El Banco Central Europeo ha establecido que los bonos garantizados que adquiera deberán tener una calificación mínima de BBB-, salvo los de Chipre y Grecia, que tendrán su propia normativa para reducir los riesgos y que todos los países de la eurozona puedan beneficiarse de esta medida.
A principios de mes, el BCE anunció que compraría bonos garantizados durante al menos dos años, con la idea de que sus políticas monetarias llegaran menor a la economía real y que la eurozona recupere el pulso económico con la inyección de dinero procedente del Banco Central Europeo.
En ese momento, Mario Draghi no quiso cuantificar el volumen de compras de bonos garantizados que realizaría la institución que preside, pero puntualizó que todas las iniciativas llevadas a cabo por el BCE tendrían una influencia importante en el balance de la entidad y permitirían que la inflación de la eurozona se mueva en tasas cercanas al 2%.
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