Ante un país en el que la corrupción y los escándalos financieros están a la orden del día, es probable que uno más nos pase hasta desapercibido. Pero es tal el descaro, que no puedo más que contároslo. Endesa acaba de anunciar que va a repartir entre sus accionistas un dividendo de 14.605 millones de euros, el más alto en la historia de la bolsa española.
Como ya sabréis, esta compañía es, en la actualidad, una de las componentes del oligopolio eléctrico español. Creada en 1944 por el estado español para controlar el sector energético a través de una empresa pública, la original Empresa Nacional de Electricidad pasó a manos privadas en 1998 gracias al esfuerzo de Aznar. De esta forma, Endesa dejó de ser de propiedad pública y española, ya que tras extraños movimientos e historias de OPAs y contra OPAs nada claras terminó siendo propiedad de la italiana Enel en 2009.
El dividendo multimillonario que pagará la empresa española se va, casi en su totalidad, para Italia pues Enel es propietaria del 92% del capital social de Endesa, con lo que cobrará 13.345 millones de euros, recuperando gran parte de lo pagado al comprarla y, además, redondeará el negocio al materializarse el anuncio de sacar a bolsa una parte del paquete de acciones que posee.
Podríais pensar que no es más que un tema de dividendos empresariales, pero nada más lejos de la realidad. En 2013, Endesa obtuvo unos beneficios de 2.943 millones de euros, una cantidad cinco veces inferior al dividendo anunciado. Este año, lo más probable es que alcancen los 3.000 millones, igualmente una cifra muy lejana del disparatado reparto anunciado. Si bien es cierto que se trata de un dividendo extraordinario vinculado en gran medida a la venta de activos de Endesa en Chile, no deja de ser una operación confusa, pues el comprador de esos activos no fue otra que la propia Enel.
Así que, la conclusión a la que podemos llegar es que este reparto de dividendos no es más que una inaceptable operación de descapitalización en la que quedará liquidada una buena parte del patrimonio de una compañía española a cambio de nada: Enel paga por la compra de los activos pero acto seguido lo recupera cobrando el dividendo y Endesa se queda sin activos y sin dinero. Se vacía una empresa española llevándose a una empresa de otro país una parte de su patrimonio acumulado durante décadas.
Pero es que, además, Endesa no tiene suficiente liquidez con lo que pedirá un crédito para endeudarse en 6.500 millones de euros y pagar ese brutal dividendo a Enel. Y se endeuda con una empresa financiera también propiedad de Enel con domicilio social en Holanda, magnífico paraíso fiscal para este tipo de operaciones.
Cuando nos vuelvan a repetir, con el próximo recibo de la luz, el tema del déficit tarifario y el ministro de industria junto al oligopolio eléctrico nos ‘mientan’ para seguir subiendo el precio de la energía, recordad estos 14.605 millones de euros de ‘beneficios’ para los accionistas.
Foto | Blog de Diego Navarro