El rescate bancario español, que supuso 61.000 millones de euros en ayudas públicas para las entidades con problemas, ha servido para que a día de hoy nuestro sector financiero sea el más solvente de Europa, como lo atestiguan los test de estrés recientemente realizados por el BCE.
Luis María Linde, gobernador del Banco de España, ha dado por finalizada la reforma financiera española tras estos resultados y únicamente Liberbank, entidad que nació de la fusión de Caja Castilla-La Mancha, Caja Extremadura, Caja Cantabria y Cajastur ha suspendido alguna prueba de las realizadas, ya que le faltan 32 millones de euros para tener el 8% de capital en provisiones que requería el Banco Central Europeo.
Desde este momento, la Autoridad Bancaria Europea y el BCE plantean 2 escenarios para analizar la evolución de las entidades bancarias en los próximos dos años, uno en el que todo iría razonablemente bien y otro en el que los países del euro se encaminan a un nuevo episodio recesivo.
En el primer supuesto, la banca española cuenta con un capital de solvencia de 36.000 millones de euros, que aumentan hasta los 55.700 si se da la segunda situación.
Nuestros bancos son los segundos mejor preparados de Europa si se diera una nueva recesión, solo superados por los de Estonia, que por su pequeño tamaño y reducida importancia no son relevantes para el conjunto de la economía europea.
Por el contrario, hay 25 entidades bancarias en Europa que registran déficits de solvencia en una cantidad acumulada de 24.600 millones de euros, la mitad de ellos concentrada en el Monte Di Paschi italiano y los bancos griegos National of Greece y Eurobank.
Ahora no estaría mal que toda esa alegría que rezuma el sector bancario español se trasladara en créditos a las familias y las empresas para que la microeconomía también pueda celebrarlo.
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