Valencia se ha puesto las pilas a la hora de echar funcionarios a la calle y recortar su sector público, uno de los más desmesurados de España y que inflaron desde la propia Administración del Partido Popular, donde gobiernan desde tiempo inmemorial.
Durante años y desde numerosos sectores se ha venido criticando el aparato burocrático que los representantes políticos del gobierno valenciano habían instaurado alrededor de una gestión, en no pocos casos cuestionada. El fortín en que se había convertido la Generalitat acumula una ingente cantidad de altos cargos, asesores, directores y personal variopinto destinado, según los más observadores, a facilitar y allanar los derroteros por los que podrían haber transitado dudosas maneras, corruptelas varias, corrupción con mayúsculas y, en el menor de los casos, procedimientos objetables.
El desmantelamiento de la Administración Pública valenciana ha alegrado a muchos ciudadanos, quienes ven en el recorte un castigo a los propios votantes del PP, que en Valencia y a pesar de los sonados casos de corrupción, siempre ha gozado de un respaldo mayoritario y casi en loor de multitudes.
Sin embargo, personajes de la política de los populares han copado páginas y páginas de periódicos y diarios, debido a medidas o actuaciones poco convincentes y bastante criticables, en todos los sectores del Gobierno, desde el ámbito local al nacional, pasando por la propia Comunitat: Camps, Fabra, Zaplana, Barberá…
Hoy la pérdida de casi un 50% de esa Función Pública es vista por muchos como el ladrillazo que se merecen muchos ciudadanos por connivencia con el partido que gobierna. Sin embargo, tal vez sería más oportuno pensar que, en ese ataque al sector público, los altos mandatarios del PP puede que no muestren su creciente apetencia por devorar lo público echando de sus puestos a quienes más les sirven y mejor cobran y que los platos rotos de este expolio bien pudieran ser endosados a numerosos trabajadores mileuristas de esas empresas públicas, que también los hay y muchos.
Imagen: El Blog Salmón