Ángela Merkel, canciller alemana, se ha pronunciado sobre la ayuda de 100.000 millones de euros para la banca española y ha dicho que va a conllevar, “por supuesto, una condicionalidad”, si bien es cierto que ésta será “diferente” a los rescates o ayudas que afectan de una manera global a todo un país.
Esto ha tenido lugar en la Jornada del Consejo Económico de la Unión Cristianodemócrata (CDU), donde la jefa del Gobierno alemán analizó las reformas del Ejecutivo español y las calificó de “correctas” y así mismo, dijo que es acertado el que Madrid haya decidido acudir a la ayuda financiera externa para sanear su sistema bancario e intentar que fluya el crédito y con ello, la creación de empresas y por ende, de empleo.
A su vez, dejó claro que la burbuja inmobiliaria se ha dilatado mucho en el tiempo, nada menos que diez años viviendo básicamente del ladrillo y eso tiene sus consecuencias, aunque no las pueda afrontar ningún país en solitario y necesite ayuda de sus compañeros europeos.
De la misma manera que Grecia, Irlanda o Portugal, España debe “asumir sus responsabilidades” y proceder con más ahínco con las “duras” reformas propuestas desde Bruselas y hacer frente a los “grandes retos” que quedan por llegar.
“Sería fatal que ahora en Europa, en donde algunos países han empezado a trabajar en la dirección adecuada, esto se interrumpiese y que (esos Estados) se quedasen a medio camino”, indicó Ángela Merkel.
En cuanto al tema de los eurobonos, para la canciller alemana no es una solución nada solidaria porque implicaría “forzar” una igualación de los intereses que pagan todos los países de la eurozona por colocar su deuda y por eso volvió a rechazar esa posibilidad. Lo importante para conseguir los objetivos es supervisar bien a la banca, aunque para ello haya que ceder “competencias nacionales” a nivel europeo.