El confirming es un servicio financiero que ofrecen las entidades financieras a sus clientes para facilitar el pago de sus compras. Se suele utilizar para pagar facturas con anterioridad a su vencimiento cuando no se tiene dinero a disposición o cuando se necesita una financiación que no se ha podido conseguir por otros medios, por ejemplo, con proveedores muy estrictos con los plazos.
Es una manera perfecta de salvaguardar la relación entre proveedores y clientes, pues así nunca se llega al impago y tampoco se piden favores que después salen más caros de la cuenta.
Este concepto no tiene nada que ver con los pagos domiciliados, éstos últimos con una menor vinculación en la responsabilidad del pago. En sí, el banco en el confirming actúa como aval y equivale a lo que se denomina pago certificado. Es el proceso inverso al Factoring, ya que es iniciado por el cliente y no por el proveedor.
Este proceso se ha desarrollado en España desde 1990 y se ha divulgado desde aquí al sur de Europa y en Latinoamérica.
El beneficio que obtienen las empresas, sin duda, es la mejora su imagen ante sus proveedores al estar avalados sus pagos por una institución financiera. Igualmente, evita costes de emisión de pagarés y cheques o manipulación de letras de cambio, las incidencias que se producen en las domiciliaciones de recibos, llamadas telefónicas de los proveedores para saber de sus facturas, etc.
El inconveniente que le podemos sacar es que el cliente obliga de alguna manera al proveedor a trabajar con una entidad bancaria concreta y eso le resta capacidad de decisión.
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