Cada amanecer de este nuevo país nos trae una noticia que consigue, sin más, volver a impactar mi capacidad de sorpresa, esa que pensaba que tenía más que agotada desde hace milenios. Si tuviera algo que agradecer a los nuevos tiempos políticos que corren -que no lo creo- sería el aumentar mi volumen de asombro.
Hoy le dedico mi cuota diaria a una noticia desagradable donde las haya y mira que, durante los últimos meses, también en este apartado se están rompiendo moldes, porque nuestro país se está convirtiendo en un ‘virtuoso’ de lo desabrido, de lo irritante, de lo desapacible, de lo inquietante, de lo enojoso… Pero delatar a un mendigo…
Nombre, pónganle nombre a la medida adoptada y difundida por Ferrocarrils de Catalunya, la empresa de la Generalitat que se dedica a eso de las vías y los trenes en Cataluña. No se les ha ocurrido nada mejor en lo que invertir dinero y esfuerzo que en crear una aplicación móvil para que los ciudadanos avisen -eso sí, de forma anónima; algo pensado para valientes- de la presencia de ‘sintechos’ en la red de metros o en los vagones.
Notable y loable tarea la de una empresa pública que se gestiona con el dinero de todos y que destina un apartado a denunciar ‘músicos ambulantes’, ‘vendedores’ y ‘mendigos’.
La delación es una de las prácticas más extendidas y fomentadas por los regímenes fascistas y totalitarios, en los que se convierte al ciudadano en cómplice informador de sus tiranos. En España, desde luego, aún son muchos los que pueden dar testimonio de estas prácticas ¿o a todos se nos han olvidado las denuncias por escuchar a Pasionaria en La Pirenaica?
Bonito país, este que se va transformando cada día, no amparado en el progreso y en el futuro, sino atorado en el cieno de su ‘glorioso’ pasado.
Imagen: Treneando
Vescha says
… pues a mi me parece bien que se expulse a los mendigos profesionales, debieran ser redirigidos a sus lugares de origen, como está haciendo el ministro francés de origen español …
Mar Santiago says
Creo que sería mucho mejor que hiciéramos lo posible porque existiera un Estado que garantizara las necesidades de los ciudadanos, de tal manera que no fuese necesario mendigar. En cuanto al ministro de origen español… espero que lo que dice no sea cierto, aunque no representa al ala más izquierdista de Hollande. De todos modos, en Francia, los que no tienen nada pueden disfrutar de una casa, una prestación mínima, colegio para sus hijos y sanidad gratis… Ya quisiéramos en España.