Miles de personas han festejado el final de la lideresa, uno de los nombres con los que ha sido conocida la hasta ayer presidenta de la Comunidad de Madrid y uno de los pilares del PP, en las últimas décadas. Nadie oculta que pertenece al ala más dura y conservadora del partido de derechas, aunque con su dimisión se han oído todo tipo de voces que la elogiaban como mujer liberal, dejándose el ‘neo’ por el camino. Hasta su archienemigo Gallardón ha glosado su figura, claro que don Alberto ha perdido mucho desde que se ha convertido en ministro.
Esperanza Aguirre comenzó a ser conocida por la masa gracias a la decisión de José María Aznar de convertirla en ministra de Cultura. Al llegar al Gobierno, Aguirre intentó explotar cierta imagen de bonachona, rodeada por un aire entre inocente e ignorante, con la que hacía las delicias de los programas de humor. Qué lejos quedaban las auténticas vísceras privatizadoras de la dama del PP.
Sin embargo, la auténtica cara de la condesa de Murillo estaba por llegar… y no tardó demasiado. Peleó con dientes y uñas para hacerse con uno de los lugares más extremos dentro de la derecha española que aglutina el PP e incluso estuvo a punto de birlarle el liderazgo al propio Mariano Rajoy.
Su política totalitaria y extremista, al margen de la opinión del ciudadano y hasta de muchos de sus compañeros de partido, ha conseguido colar Eurovegas, potenciar los recortes, asfixiar a los funcionarios, perseguir a sindicalistas y políticos de otros partidos, desear la muerte a los arquitectos, plantarle cara a los sanitarios que protestaban, exigir menos derechos para los trabajadores…
La lista con la que Aguirre se ha cubierto de gloria podría no tener fin, entre otras cosas porque papeles esenciales de la Gürtel han desaparecido como en épocas inquisitoriales. Sin embargo y a pesar de los brindis por la primera cabeza que cae del PP, lo cierto es que la política no se va a su casa con las manos vacías y me gustaría saber qué le traerán los reyes magos de Eurovegas, dónde se colocarán algunos que otros familiares y si es capaz de esperar al acecho hasta que la cabeza de Rajoy ruede… políticamente hablando. Aunque supongo que, a pesar de todo, la poetisa ‘Sara Mago’, a la que tanto admiraba la lideresa, estaría hoy muy contenta.
Imagen: Asamblea IE Arturo Soria