La canciller alemana, Ángela Merkel, no es un ejemplo de política con una gran capacidad para tomar decisiones, ni que sus propuestas, en materia macroeconómica europea, hayan resultado eficaces en aquellos países que se han ejecutado, pero algo está cambiando en el país germano ya que su jefa de gobierno ha declarado que “es un deber de Alemania hacer algo para reactivar la castigada economía europea“.
Merkel ha afirmado, durante una rueda de prensa conjunta con Viktor Orban, primer ministro húngaro, que maneja varias ideas para que Europa salga de la recesión que la acosa, entre las cuales, por paradójica, destaca una rebaja de impuestos en Alemania que incentive el consumo interno.
La canciller ha señalado que Alemania ha superado la crisis durante estos años, sobre todo al consumo doméstico y que desde el Ejecutivo alemán se está trabajando duramente para volver a crecer y seguir siendo la locomotora económica europea, “pensamos que si nos encontramos hoy con un déficit público por debajo del 3%, ahora es nuestro deber hacer algo para reactivar la economía europea“.
Ángela Merkel ha insistido en que unas buenas cifras de consumo interno alemán, permitirá a otros países de la Unión Europa mejorar sus datos de exportaciones al país germano, ya que si estos países se colapsan económicamente, esto acaba perjudicando a Alemania, que no podría dar salida a muchos de sus productos.
Aunque para que la Merkel siga siendo considerada como la “canciller de hierro“, terminó su exposición comentando que la ruta adecuada para que Europa salga de la crisis es conseguir la consolidación fiscal de los países con problemas y terminar con la crisis de la deuda que asola a los países periféricos de la Unión Europea, ya que sin esto, no hay futuro en el continente.
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