En las últimas semanas los grandes banqueros de nuestro país han coincidido en su exigencia de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy pida el rescate lo antes posible, ya que esto beneficia a nuestra economía y además es urgente.
La petición formal de ayuda económica a la Unión Europea permitiría que los bancos extranjeros compren deuda soberana española y el sector financiero español vería como las empresas españolas reducen los costes de su financiación, ya que la prima de riesgo debería bajar considerablemente.
Los mercados financieros tienen asumido, desde el mes de septiembre, que el Gobierno de España va a pedir el rescate, sobre todo después de que Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, declaró que la institución compraría, de manera ilimitada, deuda pública de los países con dificultades.
Pero para ello el BCE solo pone una condición: el país con problemas económicos antes tiene que pedir formalmente ayuda a Europa a través de fondo de rescate permanente o temporal.
Dentro de la banca española el primer dirigente en dar su opinión fue Francisco González, presidente del BBVA, quien ya el 20 de septiembre pidió al Ejecutivo español que solicitase lo antes posible una línea de crédito, aunque no creía que ese dinero fuera necesario al final.
A esta opinión se ha sumado posteriormente Maria Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, para despejar cualquier duda sobre la economía de nuestro país, palabras secundadas por José Maria Castellano, presidente de NGC.
La semana pasada incluso Alfredo Sáenz, consejero delegado del Banco Santander, ha declarado que el rescate seria visto “con buenos ojos” si la medida permite reducir la prima de riesgo.
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