El Gobierno anuncia la posibilidad de dar permiso de residencia a todo extranjero que adquiera pisos por valor de 160.000 euros, especialmente si son rusos o chinos. De esta forma, según el Ejecutivo estarían dando salida al stock de vivienda sin vender… aunque sea a expensas de dejar a la mitad de su población en la calle.
Ha sido Jaime García Legaz, secretario de Estado de Comercio, quien ha dado la noticia de que el Gobierno estudia modificar la ley. A mi punto de ver, y dejando de lado el tema de saber si es o no constitucional puesto que moral no lo es, me parece una medida a la desesperada para intentar solventar el tema de la crisis inmobiliaria y financiera.
Lo que queda clarísimo con esta medida, es que para el PP no todos somos iguales y, por ende, no debemos aspirar a tener los mismos derechos. Es decir, si eres un inmigrante con posibles y te haces con un pisazo, se te obsequia con el permiso de residencia y todos los beneficios que ello conlleva. Por otro lado, si eres inmigrante no rico, no tienes derecho ni a la sanidad. Por supuesto, nacionalidad y color de piel se la trae al fresco al PP siempre que sean millonarios y aunque no sepamos de dónde viene el dinero.
Según palabras de García Legaz, fijando el límite mínimo de inversión de 160.000 euros conseguirían “un nivel equilibrado” ya que “tampoco daría lugar a una demanda masiva de permisos de residencia”.
Por si hubiera alguien despistadillo, que lo dudo, ¿es que nadie va a nombrar el tema de las mafias? Si sólo se necesita una inversión de 160.000 euros, resulta obvio que estaríamos abriendo una puerta bastante peligrosa, ya que podríamos legalizar la residencia en España de personas vinculadas al crimen organizado.
Que tontería, en España ya sabemos de eso, ¿cuántos nazis acabaron sus días felizmente al sol de Marbella?
Imagen: elcomercio