Desde ayer hay una noticia que no deja de repetirse una y otra vez, y es que Canadá abre sus puertas de par en par para trabajadores extranjeros cualificados… y gran espacio de esa entrada se reserva con especial atención a la población española. Es tal la necesidad de ocupación de puestos laborales del país que han disminuido hasta los niveles de inglés o francés requeridos para poder trabajar con ellos.
Canadá necesitará cubrir en los próximos ocho años la nada despreciable cifra de 320.000 puestos de trabajo del sector de la construcción y eso, en un país con seis millones de parados, es agua de mayo aunque tan borrascosa como para alejarnos de nuestra tierra. A partir de enero del próximo año, comenzarán las partidas de desesperados españoles a la caza del sueño canadiense. Comenzarán por llamar a 3.000, aunque ya han advertido que la suma aumentará considerablemente con el transcurso de los meses.
La oferta esta hecha tan a nuestra medida, que han rebajado el nivel exigido como norma en el país de dominio de sus idiomas oficiales y con nuestro típico chapurreo en inglés o francés, podremos ejercer de peones. Los idiomas nunca se nos dieron bien pero el ladrillazo ha fabricado una legión de obreros parados. Mañana en Canadá seremos como los marroquíes y peruanos a los que tanto hemos despreciado durante la época de vacas gordas.
Imagen: todonoticiasflorida