Philipp Rösler, ministro de Economía alemán, ha señalado que su país no va a aprobar planes de estímulo que mejoren la economía germana y a mismo tiempo permitan la recuperación de los países con problemas de la eurozona, algo que había pedido el presidente español, Mariano Rajoy.
Rösler ha comentado que “no pensamos en nuevos paquetes económicos financiados con deuda. Lo que se ha introducido a nivel europeo tiene el objetivo específico de facilitar el crecimiento en todos los países de la eurozona“.
Las palabras de Rösler coinciden con las que ya expresó un portavoz autorizado de la canciller, Ángela Merkel, en el sentido de que para que Europa crezca antes tiene que reducir su nivel de endeudamiento, y que chocan frontalmente con lo expresado por Rajoy, quien pidió a los países con mejor situación económica de la Unión Europea que aprueben medidas que permitan la mejora generalizada de todos los países miembros.
Desde el Gobierno español, el titular de Exteriores, José Maria García Margallo, había manifestado que era un deber de los países ricos favorecer el crecimiento económico, y que en ese sentido, el BCE debía comprar deuda de los países con problemas y Alemania actuar como locomotora de la economía comunitaria.
Al mismo tiempo, Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad del Ejecutivo español, reiteró que todos los países de la eurozona están en el mismo barco, y no hay estados de primera o segunda categoría, lo que se demuestra en que “la recesión ya no sólo alcance al sur, sino al conjunto de la Unión Europea“, por lo que es necesario que un mayor número de países se impliquen en la generación de puestos de trabajo y en conseguir de nuevo niveles de crecimiento económico.
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