El Gobierno japonés, presidido por Shinzo Abe, lleva un tiempo intentando reactivar la economía de su país, buscando sacar al país de la caída de precios (deflación) por la escasa demanda y devolver el optimismo a los ciudadanos japoneses, haciéndoles ver que es el momento de ser ambiciosos y ganar dinero.
Para ello se busca duplicar, en dos años, el número de yenes que existen en el mercado, al mismo tiempo que se aprueban un conjunto de medidas desregulatorias y de estímulo fiscal y se devalúa el yen, lo que aumenta las exportaciones al ser estas más baratas para los compradores extranjeros.
A este cambio de política económica en Japón, se le viene llamando “abenomia” en referencia a su primer ministro, y ha permitido que en el primer trimestre de 2013, la economía japonesa crezca un 3,5% y la bolsa de Tokio haya mejorado sus cifras, en el conjunto de 2012, un 60%.
Pero todo esto, ¿en que puede afectar a la economía española?. Algunos expertos señalan que la reciente bajada de tipo de interés del BCE está relacionada con el crecimiento nipón, ya que la Unión Europea saldría perjudicada en sus exportaciones. También afirman que el aumento de dinero circulante en Japón ha contribuido a la contención de la prima de riesgo española, ya que inversores japoneses habrían comprado bonos españoles hasta situarla por debajo del índice 300.
Pero a pesar de estas favorables expectativas, no está claro que las medidas de estímulo implantadas en Japón vayan a funcionar por mucho tiempo. El índice Nikkei se contrajo el jueves un 7,3% en un primer momento, aunque al final de la jornada subió un 1%, algo que fue justificado por la ralentización de la economía china y la sospecha de que la Reserva Federal estadounidense iba a dar por terminadas los estímulos en la economía de Estados Unidos, rumor que tuvo que desmentir su presidente, Ben Bernanke.