La opinión pública portuguesa no deja de debatir sobre la posible salida del euro del país luso, al considerar a la moneda única como el origen de los problemas económicos que atraviesa Portugal.
Ferreira do Amaral, un importante experto portugués, profesor universitario y doctor en Economía, ha afirmado que la crisis económica portuguesa tiene su origen en la implantación del euro y no, como se intenta vender, el incremento del déficit público o las especulaciones de los mercados financieros.
Este analista señala que la economía portuguesa no está preparada para la moneda única y que al no poder tomar medidas monetarias, ya que estas se hacen a nivel comunitario desde el BCE, perjudica la competitividad del país, estancando su sector exterior y aumentado el déficit comercial portugués.
Portugal, que tuvo que pedir ayuda económica a la Unión Europea en 2011, ha visto que las medidas de austeridad que tuvo que aceptar por parte del FMI y de Bruselas, han perjudicado a la mayoría de los portugueses, recortado el modelo de bienestar social y aumentado la presión fiscal.
Ferreira do Amaral, ha comentado que “el euro fue creado para ser una moneda fuerte y sería un milagro que fuese útil para todos los miembros comunitarios. Si fuese tan fácil, todos los países del mundo querrían una moneda fuerte y no es así, ya que depende de la competitividad y la estructura de cada uno”.
Por su parte, un diputado socialista, Joao Galamba, sin apoyar la salida de Portugal de la zona euro, ha afirmado que “concuerdo con casi toda su exposición, aunque no defiendo salir del euro. El problema no es la moneda común en sí, sino la transformación de la construcción de una Unión Europea en el proyecto neoliberal más radical del mundo. No creo que se dé el cambio de políticas que haría falta. Si salimos del euro, no debemos hacerlo solos, al menos que sea con España, Grecia, Italia“.
Andrea Cortes says
La moneda única en Europa, un tema que se ha cuestionado desde su implantación. El concepto pareciera ser correcto pero hay que entender que no todos los países miembros de la Unión Europea gozan de la misma estabilidad económica y mucho menos tienen las mismas proyecciones. Con el euro algunos países se han visto beneficiados, pero otros están pagando con creces el ser de la parte baja de la cadena.