Pero no debemos sorprendernos mucho, ya que en la última visita del FMI, el organismo internacional ya emitió un comunicado específico del país y su sistema financiero. En este documento se indicaba que a pesar de los logros, “siguen siendo altos los riesgos en la economía y por tanto para el sector financiero porque España sigue pasando por un difícil proceso de corregir grandes desequilibros de antes de la crisis”.
Una vez hecha la sentencia se requirió el paso a la acción, tanto a nivel europeo como español. En el primer caso se solicitó la puesta en marcha de la unión bancaria así como el mantenimiento de una política monetaria flexible; en el segundo caso es imprescindible la mejora de los mecanismos de control de sistema, muy especialmente los del Banco de España.
Según el ‘pre-informe’ del FMI, “las acciones de supervisión para mejorar la solvencia y reducir los riesgos deben dar prioridad a medidas que, mientras mejoran la situación de capital de los bancos, no contribuyan a exacerbar las condiciones ya ajustadas para el crédito”.
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