La crisis económica en Chipre continua con la misma virulencia de antes del rescate de abril, a pesar de la ayuda prestada por el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea.
En este sentido, el Gobierno de Nicosia ha elevado hasta el 47,5% la quita sobre los depósitos bancarios no garantizados, todos aquellos que superan los 100.000 euros.
A cambio de esta quita, que algunos analistas señalan que continuarán hasta el 60% de sus ahorros, los perjudicados recibirán acciones del Banco de Chipre.
Víctor Papadópulos, viceportavoz del Ejecutivo chipriota, ha comentado que “la tasa es significativamente inferior a la previsión original de hace cuatro meses. Este es un desarrollo positivo para la economía del país y los depositantes afectados“.
El aumento de la quita en los depósitos superiores a 100.000 euros se decidió tras el análisis, por parte de la Troika, de un informe realizado por la auditora londinense KPMG, para conocer la situación real de la entidad financiera.
La Troika estudió también las cuentas del Banco Laiki, que al ser liquidado en marzo, dividió sus activos entre un banco malo y otro bueno, quedándose el Banco de Chipre con esta última parte.
Tras la reestructuración bancaria que se está produciendo en el país mediterráneo, se espera una relajación de las actuales limitaciones bancarias, ordenadas en abril para impedir una retirada masiva y descontrolada de los depósitos de los bancos chipriotas.
El detonante de esta crisis fue la explosión de unos contenedores cerca de la central eléctrica más importante del país, lo que dejó a Chipre por debajo de 50% de su capacidad de producción energética y cuya reparación se llevó un 10% del Producto Interior Bruto nacional, en un momento que el país ya tenia problemas de déficit público, debido a una economía centrada en los servicios financieros, la construcción y el turismo, sectores que se han visto muy perjudicados por la crisis que afecta a toda Europa.