Las cuentas públicas se están saneando, pero queda mucho por hacer para que todo esté terminado. Es lo que advierten las autoridades y entre ellas, Luis María Linde, Gobernador del Banco de España, quien cree que se puede alcanzar el objetivo impuesto por la Comisión Europea de reducir el déficit público al 6,5% del PIB, “pero no está garantizado”.
Para él, existen aún algunos riesgos que pueden hacer que se cierre el ejercicio con un poco de desfase, por lo que ha pedido a las administraciones, durante su comparecencia en la comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados, que sean muy estrictas para “evitar desviaciones al final del ejercicio. El esfuerzo necesario para asegurar el saneamiento de las finanzas públicas españolas es todavía de gran magnitud”. Si se hace así, no debería haber medidas adicionales de recorte o de subidas de impuestos.
Por otra parte, el Gobernador señala que se ha hecho un gran trabajo para lograr la consolidación fiscal, algo que “generó indudables beneficios en términos de recuperación de la credibilidad. La necesidad de hacer un ajuste fiscal y volver al reequilibrio presupuestario es indiscutible” para que todo funcione correctamente.
A su vez, el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, ha asegurado que el Ejecutivo va a seguir en esa misma línea de actuación, ya que “el déficit público sigue siendo excesivo y la deuda pública continúa creciendo”, lo que hace que la recuperación económica “sea frágil y no haya pie a la complacencia”.
En todo este proyecto, la banca tiene un papel fundamental, pues tiene que hacer fluir el crédito. Sin embargo, cree que los activos tóxicos seguirán creciendo en un futuro. “Cabe esperar que los activos dudosos continúen aumentando en el corto plazo, si bien su impacto en términos de provisiones será menor que en el pasado reciente”, ha concluido Linde.