Todo esto viene a que esta semana se ha instalado el primer cajero automático de Europa capaz de dispensar bitcoins. Se ubica en Helsinki y esta moneda virtual se acepta ya para realizar transacciones por internet y cada vez en mayor número de establecimientos comerciales.
La empresa instaladora es local de la zona y se llama Prasos, en la que su responsable, Henry Brade, ha explicado a la prensa finlandesa que la fluctuación del bitcoin es tan pronunciada que la cotización de la misma puede subir o bajar en lo que tardamos en insertar los billetes de euro en la máquina.
Eso sí, debemos tener en cuenta que la moneda virtual creada por el programador Satoshi Nakamoto cotiza actualmente en el mercado de divisas Mt. Gox de Tokio y que, a pesar de la volatilidad a la que está sometida, su valor crece constantemente. De hecho, desde su creación en 2008, el bitcoin ha pasado de valer menos de un centavo de dólar a superar los 1.000 dólares (unos 725 euros al cambio).
Por supuesto, esta falta de asociación del bitcoin a los bancos centrales la convierten en una moneda virtual de lo más atractiva. De ahí que diversos fondos de inversiones se hayan animado a comprarla.
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