Al final la productora de Pocoyó no ha podido salvar las diferencias con sus acreedores, lo que le imposibilita refinanciar una deuda que asciende a once millones de euros. Los hechos ‘obligan’ a Zinkia a presentar concurso voluntario de acreedores, una decisión que sus representantes justifican alegando que deben velar por la protección de su patrimonio.
Lo cierto es que con esta noticia se pone de manifiesto la lucha entre los dos palos que han manejado esta compañía y que nada tiene que ver con el creador del popular muñeco televisivo. La cara económica de Pocoyó es la del empresario español José María Castillejo y Oriol, uno de los empresarios denominados emprendedores de éxito de la Era Rajoy, y el mexicano Miguel Valladares.
Castillejo, con casi el 65% de las acciones, es la segunda vez que se encuentra con la negativa de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que no ha visto con buenos ojos las intenciones del empresario y ha suspendido la negociación de los títulos de Zinkia en el Mercado Alternativo Bursátil.
Lo cierto es que al final Pocoyó, una de las mejores aportaciones españolas a la animación pedagógica, con distribución en numerosos países, se ha declarado en bancarrota.
Imagen: Huffingtonpost.es