La carga fiscal sobre el empleo que pagan los trabajadores españoles llegó durante 2013, en términos generales, al 40,7% en el caso de un trabajador sin cargas familiares, un 0,05% más que el año anterior, algo superior al 35,9% del conjunto de países de la OCDE.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, a través de su informe anual “Taxing Wages”, afirma que este aumento de la presión fiscal tiene como origen un incremento impositivo sobre la renta de los trabajadores en 2012.
La OCDE pone de manifiesto en su informe que la carga fiscal que tenían las rentas del trabajo en nuestro país en 2012, se ha incrementado un 2,1% desde el año 2000, ejercicio en el que se situaba en el 28,6%.
Esta subida contrasta con el comportamiento, en esta materia, que han tenido los demás países de la OCDE, donde la presión fiscal sobre el empleo, durante el mismo periodo de tiempo, ha bajado un 0,8% desde el año 2000.
La organización internacional destaca que si el trabajador vive en España, está casado y tiene dos hijos, su presión fiscal sobre el trabajo ha crecido en un 2,5%, siempre analizando el periodo 2000-2012, quedando en 2012 situada en el 34,8% de sus ingresos. Para el conjunto de la OCDE la presión actual de este tipo de familias se sitúa en el 26,4%.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico afirma que de los 34 estados que componen el organismo, en 2013 veintiuno de ellos incrementaron la presión fiscal sobre los sueldos de sus trabajadores, en doce se redujo y únicamente en uno permaneció inalterable.
El aumento registrado el año pasado continúa en la línea de incrementar la presión fiscal sobre los ingresos de los trabajadores que comenzó en 2011 y, en menor grado, en 2012.