El Parlamento Europeo ha aprobado hoy la normativa necesaria para que los ciudadanos que vivan en territorio comunitario puedan abrir más fácilmente cuentas bancarias.
El texto aprobado por los europarlamentarios señala que cualquier persona residente en la Unión Europea podrá abrir lo que denominan “cuenta bancaria básica”, entendiendo como tal a la que permite pagar o retirar dinero y hacer transferencias a cualquier país de la Unión Europea.
El ciudadano no estará obligado a tener un domicilio fijo en el país donde abra la cuenta, algo que hasta ahora dificultaba este tipo de gestiones a los estudiantes extranjeros, por no disponer de una cuenta bancaria en el país en el que residen durante sus estudios.
La Unión Europea busca, con estos cambios, facilitar los trámites burocráticos para abrir un cuenta y al mismo tiempo, que estas sean comprensibles para los ciudadanos, se puedan comparar entre ellas y aumentar su transparencia.
Para ello, cada estado miembro dispondrá, como mínimo, de una web en la que se podrán consultar las comisiones bancarias y los intereses pagados por las entidades financieras existentes en el país, además de informar sobre el número de sucursales existentes de cada banco y su localización geográfica.
El Parlamento Europeo ha aprobado también que los ciudadanos puedan trasladar su cuenta desde un banco a otro que le ofrezca mejores condiciones, siendo indiferente que el nuevo banco sea del mismo estado o de cualquier otro de la Unión Europea, penalizando este cambio con una comisión “razonable”.
Así mismo, los gestores bancarios deberán proporcionar a todos sus inversores domésticos de toda la información necesaria que soliciten antes de contratar cualquier producto financiero, además de proporcionarles “un folleto informativo estandarizado de tres páginas con información comparable sobre los productos financieros”, para que sepan lo que firman, su coste y los posibles riesgos financieros que conlleva ese producto.