Tras el anuncio la semana pasada de la instauración de puntos de entrega y recogida de bicicletas eléctricas en Madrid, Ana Botella nos deja ver el verdadero motivo de semejante gasto para una ciudad donde prácticamente no hay carriles bici habilitados; la paralización de los servicios de las líneas de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) 22, 83, 108, 129, 149, 156, 247 y 401 durante los domingos y festivos.
Esto ocurrirá a partir del 13 de julio, con lo que los usuarios de dichas líneas dejarán de poder hacer uso de las mismas de forma indeterminada. Y no sólo eso, pues el cese del trasiego de autobuses trae también consigo un considerable aumento en la reducción de puestos de trabajo y horas laborales.
Lo peor de todo es que no son las primeras líneas de la EMT que se quedan sin servicio. En el pasado mes de octubre se eliminaron las líneas nocturnas búhometro y se redujeron la frecuencia de otras 22 líneas. Según datos del Comité de empresa, en el periodo 2011-2012 se redujeron de 2.100 a 2.000, en 2013 hubo otro recorte dejando únicamente 1.900 autobuses y según el Plan de Futuro de la EMT se prevén nuevas reducciones en el periodo 2014-2015.
De hecho, desde octubre de 2010 a enero de 2014 se han retirado cerca de 450 autobuses. Este hecho supone, para los trabajadores, recortes en las horas de servicios de días laborables y fines de semana por igual. En relación a los usuarios, la retirada de los autobuses supone esperas mucho más largas en las paradas, vehículos más llenos y peor calidad en el servicio… A pesar de que en los últimos tres años, las tarifas de este transporte público han sufrido un incremento del 21%.
Foto | Jose Javier Martin Espartosa