Todas las mañanas, antes de comenzar a escribir como una posesa, intento inundarme de noticias por todo tipo de medios: radio, internet, televisión, etcétera. Harta de ver malas noticias me ha dado por hacer zapping en la tele cuando me he dado de bruces con ‘El Programa del Verano’ de Telecinco donde se veía a una mujer que cobraba por hacer cola.
A raíz de descubrir esta nueva profesión, la de ‘colista’, me he puesto a buscar en internet y veo que no es la primera vez que aparece en pantalla. Viendo como está España no me extraña nada el tema de la economía sumergida pero, al igual que yo lo he visto, los altos cargos del país podían dejar de hacer oídos sordos y hacer algo al respecto.
Y no, no me estoy refiriendo a lanzar a la policía como fieles perros guardianes ante gente que no hace más que buscarse la vida para poder llegar a fin de mes. Menos mensajes propagandísticos de que España ya ve la luz al final del túnel (muy similar a la célebre frase aznarina de ‘España va bien’) y bajarse los pantalones ante cada hipido que haga Alemania.
Pertenecemos a la Unión Europea, es cierto, pero somos un país independiente capaz de sacarse las castañas del fuego él solito (siempre y cuando dejen de robar y pactar cosas raras los dirigentes, claro), repleto de personas cualificadas con ganas de trabajar. Miremos hacia dentro por una vez y fomentemos de verdad el empleo digno, sin miedo a los despidos y con los ojos bien abiertos. Que no nos despiste nadie a golpe de balón ni fuegos fatuos.
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