El Fondo Monetario Internacional ha alertado del riesgo de deflación en la zona euro y ha solicitado al BCE que compre grandes cantidades de deuda pública si los precios no se recuperan.
En su último informe sobre la eurozona, el FMI señala que “la recuperación no es sólida ni suficientemente fuerte. La débil demanda agregada está pesando sobre la actividad real y reduciendo la inflación en la eurozona, ya que empresas, hogares y bancos siguen reparando sus balances. Los mercados financieros siguen fragmentados y la contracción del crédito y los altos costes de endeudamiento limitan la inversión en los países con grandes brechas de producción, elevada carga de deuda y alto paro”.
Con este panorama, el Fondo Monetario Internacional avisa que cualquier acontecimiento negativo, a nivel económico, podría hacer desconfiar a los mercados, paralizar la incipiente recuperación económica y que los países del euro entren en deflación económica.
Para evitarlo, desde el organismo dirigido por Christine Lagarde se pide al Banco Central Europeo que se plantee la idea de comprar deuda soberana, lo que haría bajar su rentabilidad y mejoraría al mismo tiempo la de los productos financieros de renta variable y fija, permitiendo incrementar la demanda interna en la eurozona y aumentar la inflación hasta el 2% previsto inicialmente. Este aumento de la rentabilidad los activos bancarios, fortalecería el balance del sector financiero y permitirá a las entidades prestar dinero dinamizando la economía.
Desde el FMI se pide también a los países del euro que realicen una política presupuestaria que apueste por el crecimiento económico y evite recortes adicionales siempre que haya margen para ello, además de crear en toda la eurozona una red de seguridad pública que solucione rápidamente las necesidades de capital de las entidades financieras tras los test de estrés a que serán sometidas en otoño.
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