Christine Lagarde, directora del FMI, ha sido imputada por el caso Tapie. Un juzgado francés considera que su conducta fue negligente cuando era ministra de Economía durante la presidencia de Nicolas Sarkozy al arbitrar en el pleito que tenía la entidad Credit Lyonnais con este empresario francés.
En concreto, el juez se pregunta si la mediación de Lagarde en lugar de recurrir a los tribunales ordinarios, fue la más adecuada.
En la legislación francesa el delito de negligencia de un cargo público puede suponer, en su grado máximo, un año de cárcel y 15.000 euros de multa.
El caso Tapie pretende averiguar si el arbitraje que se llevó a cabo fue simplemente una simulación de la que el Gobierno galo tenía conocimiento, dada la amistad de Sarkozy con el empresario.
El arbitraje supuso una sanción de 400 millones de euros para el Estado que recibió Tapie, ya que Credit Lyonnais, un banco de titularidad estatal, no actuó correctamente con el empresario, ya que tras comprar Adidas con un préstamo otorgado por la entidad, posteriormente el propio Credit Lyonnais le embargó y vendió al mejor postor.
Lagarde ya ha manifestado, tas conocer su imputación, que no piensa dimitir y que hoy mismo, tras declarar ayer ante el juez, volverá a su puesto de trabajo en Washington. Para actuar así, Lagarde se basa en que no ve fundamentada la decisión del juzgado y ya ha encomendado a sus abogados que la recurran.
El caso Tapie se inicia cuando algunos diputados socialistas denunciaron, ante el elevado coste que las arcas públicas tenían que pagar al empresario, el proceso de arbitraje que había decidido Lagarde.
En su momento, la directora del FMI alegó, presentando documentos a este respecto, que varios bufetes de abogados especializados en estos temas le aconsejaron recurrir a un arbitraje, aunque los técnicos del ministerio de Economía no compartían esa opinión, señalando siempre que nunca fue presionada desde el Palacio del Eliseo para tomar una decisión.
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