Mario Draghi, presidente del BCE, ha confirmado los temores que verbalizó recientemente el ministro Luis de Guindos, en el sentido de que los esfuerzos que ha tenido que acometer la economía española pueden ser inútiles si el resto de la eurozona no se recupera.
Draghi ha señalado hoy, en el Parlamento Europeo, que la recuperación de los países del euro se está ralentizando, a pesar de la expansión que se venía viendo en los últimos tiempos, el PIB y el crecimiento están estancados.
Ante esto, Draghi ha reiterado la necesidad de que los estados de la eurozona implementen reformas estructurales, ya que las medidas que tome el BCE no serán suficientes, afirmando que “el inaceptablemente alto nivel de paro y el débil crecimiento del crédito frenarán probablemente la fuerza de la recuperación.”
Desde el PP español ya se ha echado la culpa de esta reprimenda de Draghi en la inacción que, desde los Ejecutivos de Paris y Roma, se mantiene a la hora de aprobar reformas de amplio calado en su modelo económico y laboral.
En Europa, Alemania es el país más preocupado por el estancamiento de la eurozona, dado el contagio que puede sufrir si sus mayores socios comerciales se paralizan.
Por su parte, desde Francia buscan flexibilizar sus objetivos de déficit, y el primer ministro Valls intenta convencer a Angela Merkel de aumentar los plazos si quiere que el país galo consiga recuperarse.
Francia e Italia son, respectivamente, la segunda y tercera potencia del euro y desde España preocupa y mucho que estos países no consigan crecer, por las consecuencias que esto puede suponer para su leve recuperación económica.
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