Ya hace algunas semanas, con ruido mediático, el presidente del Gobierno fijó unilateralmente la meta de déficit para el 2012 en 5,8%, manteniendo el 3% para el 2013, bajo el argumento de que se trataba de una decisión soberana del gobierno español. Ahora el Eurogrupo ha fijado esa cifra en 5,3% y el gobierno la ha aceptado. ¿Se trata de una derrota o una victoria política? No es una pregunta tan importante ni debe distraernos del elemento principal en juego, la meta de 5,8% había nacido muerta ¿Se puede alcanzar esta meta de déficit del 5,3% sin tocar educación y sanidad? Esta es la pregunta realmente importante. Pues de hecho ya hay partidas que se han recortado en estas materias, como la poca disponibilidad de plazas, la reducción de las becas de idiomas en el extranjero y la eliminación de casi todos los programas de becas MAEC para el 2012. Sin embargo a muchos les parecerán elementos marginales.
Esto significa, en cifras, un recorte algo superior a 5.000 millones de euros que se suman a los 30.000 millones ya considerados, para el 2012 y unos 20.000 millones adicionales en 2013. Todo parece indicar que estas cifras se van a recortar a través de restructuraciones de organismos públicos y universidades. Ahora bien, es posible que incluso exista la necesidad efectiva de hacer estas restructuraciones; sin embargo, para que sean funcionales a la meta de déficit, deberán realizarse en el plazo de dos años. Lo que no es consistente con un proceso de rediseño institucional ni eficiente, ni democrático.