Muchos economistas explican la formación del mercado del trabajo a través de la expropiación de las condiciones de subsistencia. Es decir, cuando se tienen las condiciones de subsistencia aseguradas no es necesario trabajar; si para comer, se puede tomar una vara y spescar, nadie está obligado a trabajar para otro. Evidentemente, esto no es tan simple como en el ejemplo anterior, en las condiciones actuales con mercados del trabajo altamente complejos; pero el principio se sigue aplicando: expropiar condiciones.
En buena medida lo que podemos atestiguar hoy en las diferentes medidas estructurales que se están tomando es la construcción de un “marco” para un nuevo mercado del trabajo. O dicho de otro modo, se están creando las condiciones para un mercado del trabajo precario, donde las personas estén dispuestas a trabajar muchas más horas para agrandar el salario y poniendo pocas exigencias. ¿Cómo es posible que una persona esté dispuesta a trabajar por poco dinero, muchas horas y con gran exigencia? Todo depende de las condiciones adecuadas, es decir, alto nivel de desempleo, normativa laboral que apoye al despido, nivelación de salarios a la baja, percepción de inseguridad laboral.
En España lo que se está gestando, son las condiciones estructurales para la formación de un mercado del trabajo. Y es todo lo contrario, a un proceso natural o azaroso, se trata de una estrategia activa. La crisis existe, se la ha manejado mal y los especuladores han forzado la mano a los Estados Europeos, todo eso es cierto; pero también se está aprovechando esta crisis de forma abusiva para rebajar las condiciones del mercado de trabajo español.