Parece que el camino ya está trazado, dos años de recortes que se llevarán gran parte del patrimonio público español y gran parte de las conquistas sociales del pueblo español. Pero además esta verdadera tragedia social es completamente ineficaz. El problema de la economía española es el crecimiento y la actividad, y no se están tomando medidas en estas materias.
El recorte de presupuesto, sirve para bajar el déficit fiscal e inyectar confianza en los mercados, o al menos ese el argumento que se esgrime, con la esperanza que dicha confianza se traslade al sector financiero, quien reabra el crédito, una vez que se estabilice y, esta reapertura del crédito comience a generar actividad. Además de la gama de supuestos que esto implica; se trata de un argumento lleno de falencias; pues ignora una serie de factores económicos que actualmente están operando. Los dos principales son el alto endeudamiento del empresariado español, sobretodo de los medianos y pequeños empresarios y los signos deflacionarios que está comenzando a mostrar la economía española.
El camino del crédito tal como se ve es largo, inseguro y tiene un tremendo costo social; por el contrario, las señales actuales muestran que tarde o temprano se tendrá que tomar el camino contrario, el de la inversión y gasto público orientado. Más vale asumir este camino lo antes posible.