El Fondo Monetario Internacional ha empeorado dramáticamente las previsiones de recesión de la economía española, situándola en un 1,2% del Producto Interior Bruto, lo que supone duplicar su propio pronóstico en menos de dos semanas. Las cuentas del FMI suponen un mazazo a las predicciones de Cristobal Montoro, que la pasada semana vaticinó que acabaríamos el año con una contracción del 0,7%.
Para el FMI, la dura caída de la economía de España vendrá propiciada por los durísimos recortes realizados por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Casi 70.000 millones de euros, aprobados esta semana, empujarán al país a una recesión aún más profunda. A pesar de ello, el organismo dirigido por Christine Lagarde, anima al Gobierno a que continúe con más reformas.
Lo cierto es que, hasta el momento esas reformas sólo han servido para empobrecer el país hasta niveles desconocidos durante todo el período democrático y a ahondar una brecha en el empleo impesable desde la Transición.
Con casi 6.000.000 millones de parados y el país a la cola de los estados europeos, las palabras de Draghi no podrán servir por sí solas de panacea para arreglar la situación. Tendremos que esperar a la reacción de los mercados de la próxima semana y comprobar si continúa el ataque especulador al que está siendo sometida nuestra economía.
Lo cierto es que de seguir así, no son pocas las voces que afirman sin pudor que, a la vuelta de las vacaciones, España no se librará del rescate; a pesar de la negativa contundente de la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría.
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