La calle no está para bromas, el electorado anda realmente cabreado y la ciudadanía en general parece decidida a cualquier cosa. No es para menos. España ha empezado a formar parte del grupo de estados en los que la ONU posa los ojos para advertir sobre la desnutrición infantil, la pobreza extrema de ciertos colectivos, la pérdida de derechos básicos…
En pocos meses de gobierno, Mariano Rajoy ha conseguido caldear el ánimo de los españoles como nadie lo había hecho nunca antes, desde la lucha contra la dictadura franquista. Los recortes del presidente han llegado muy lejos y aunque no se prevé mejoría que sirva de aliento a la población, por lo menos en el asunto de los 400 euros para las personas sin prestación, el presidente no ha tenido más remedio que dar marcha atrás.
Más de 200.000 familias cuentan con solo esa ridícula cantidad para poder sobrevivir, en el sentido más estricto de la palabra. Rajoy pretendía eliminar la prestación y, con ello, la dignidad de esos ciudadanos.
Hoy, tras su entrevista en Marivent con Juan Carlos de Borbón, el presidente ha anunciado la prórroga con la boca pequeña. Aunque aún no sabemos qué condiciones, bárbaras o no, traerá aparejado el cobro del subsidio. A pesar de la ‘preocupación’ de Rajoy por ‘la situación de las personas que están en una situación mucho más difícil’, lo cierto es que se vaticinan nuevas medidas y subidas de impuestos, despidos y más recortes, que contribuirán a engrosar la ya preocupante bolsa de españoles en ‘situación mucho más difícil’.
Aunque el PSOE ha corrido que se las pela, para apuntarse el tanto del cambio de opinión del presidente del Gobierno, lo cierto es que a pocos se nos escapa que el viraje de Rajoy obedece más al miedo a una revuelta colectiva.
Imagen: Elplural.com