Que el PP salta en mil pedazos es algo que ha dejado de manifiesto esta misma semana el otrora gurú de la derecha española y entonces todopoderoso José María Aznar. Aunque amenaza con volver y ninguneó a Mariano Rajoy sin ningún pudor. Los grandes nombres del PP actual, algunos de los cuales fueron hombre de confianza del expresidente, han cerrado filas en torno a Rajoy y han mandado callar, de una manera muy gráfica, al marido de la alcaldesa de Madrid.
En medio de este rifirrafe entre moralidades de lo más variadas dentro del partido que gobierna España, Mariano Rajoy se reunirá con los barones del PP con la intención de cerrar un acuerdo que selle un pacto en torno al déficit.
No las tiene todas consigo, porque entre barones leales (pocos eso sí), barones voceros de baronesas en la sombra y secretarias generales en diferido, las cosas en el PP no están para acuerdo en nada, excepto en lo que toca a jorobar a todos los españoles. El déficit precisamente no es un tema facilón y lo que trascienda entre tele de plasma y frase arrancada entrepasillos, podremos tomar el pulso a un partido que, en poco más de un año, ha pasado de gozar de una holgada mayoría absoluta en las urnas, a una situación bastante delicada que le va haciendo perder fuelle a ritmo de chachachá.
Están tensos y divididos y eso no beneficia en nada a los grandes acuerdos de estado que se necesitan para salvar a un país de una situación tan asfixiante. De todos modos, de perdidos al río y, mientras el PP ha dejado ya hasta de intentar limpiar su imagen, dada la cantidad de escándalos de corrupción en los que se ve mezclado, las soluciones tendrán que venir de la mano de otros partidos minoritarios, capaces de unirse a los movimientos ciudadanos.
Andrea Cortes says
La política y sus vaivenes. Un Gobierno que gana con una mayoría cómoda, baja su popularidad poco más de un año de su elección. El PP no ha dejado de provocar titulares en prensa sobre temas internos que están alejados de la institucionalidad y las leyes. El quiebre interno del partido parece escucharse en todas partes, pese a que se quiera mostrar lo contrario, y ahora volvió a aparecer Aznar. Déficit, desempleo, crisis en general deberían ser los temas que se traten y se resuelvan, pero sin un acuerdo interno se vislumbra difícil una solución para los externos.