Vamos, que según Tomás Burgos, secretario de Estado de Seguridad Social, “quien ha trabajado por 200 y 300 euros no puede esperar una pensión contributiva de 600 euros”. Muy bien, puede que tenga razón, pero si esa persona se jubila con 7,5 años cotizados, ¿de verdad podrá vivir una vida digna con la pensión que le quede según el nuevo plan?
Para el secretario de Estado, los complementos a mínimos “no pueden ser la puerta de atrás para encontrar beneficios desproporcionados respecto a los trabajadores a tiempo completo” y de ahí que el Gobierno del partido popular abogue por un principio de “proporcionalidad corregida o modulada” y no directa.
Para que estéis al tanto, a día de hoy, los complementos mínimos consiguen que una persona que haya cotizado cinco años con base reguladora de 600 euros, acceda por sus propios medios a una pensión de 151 euros, que asciende hasta los 513 euros con los complementos mínimos. Y esto, queridos lectores, al Gobierno no le parece correcto, ya que “la ampliación desproporcionada de derechos sin atender a los fundamentos del sistema solo puede introducir daños irreparables en el mismo”.
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