3. Aunque parezca increíble, es cierto que a unos les subirá el recibo mientras que a otros les bajará. Esto se debe a que no es una subida al uso, puesto que en realidad se trata de un cambio de modelo de facturación de la luz en el que se cambian los pesos de los dos componentes del recibo en sí: el fijo (término de potencia) y el variable (término de energía). A partir del 1 de agosto tendrá mucho más peso el fijo que el variable, ya que el Gobierno disparará el coste del término fijo de potencia y bajará el término de energía.
4. El hecho mencionado en el punto tercero traerá como consecuencia la penalización de los contratos reducidos (parte variable), ya que se notará excesivamente el incremento del coste fijo (término de potencia) sin poder ser absorbidos por la disminución del coste de la energía. Vamos, que se penalizan las segundas residencias y viviendas vacías.
5. Podemos calcular lo que vamos a pagar con esta nueva reforma, tan sólo debemos conocer la subida de cada cosa. El término fijo pasa de 21,89 euros al año (1,82 euros al mes), a 31,59 euros (2,6 euroes/mes)… Es decir, sube un 44%. Por su parte, el término de energía pasa de 0,14 euros el kilovatio hora a 0,05 euros (baja un 62%).
El segundo paso consiste en multiplicar esos datos por la potencia contratada y por el consumo, respectivamente.
Ejemplos:
- Hogar con 5,000 kilovatios de potencia y consumo cero sufrirá la subida máxima del 44% pasando de pagar 9 euros al mes a 13 (más impuestos, claro).
- El mismo hogar pero con 50 kilovatios hora al mes (que suele ser lo habitual). El variable pasará de costar 7 a 2,5 euros, pero como aún queda sumarle el fijo, habría que pagar 16 euros, con lo que estaríamos en el mismo caso que el punto anterior.
- En el caso de gastar 100 kilovatios el recibo pasa de 23 euros a unos 19 euros.
La luz subirá más de un 20% en vez del 3,2% I
Imagen: facua