Las tensiones políticas en Egipto, con un golpe de estado por parte del Ejercito que ha desalojado de la presidencia del gobierno a Mohamed Mursi, junto con los enfrentamientos entre los Hermanos Musulmanes, formación política del líder derrocado y las fuerzas armadas egipcias, están creando importantes incertidumbres en el mercado petrolífero internacional.
El barril de petróleo Brent alcanzó hace unos días los 111,11 dólares, su mayor precio en 2013 desde el pasado mes de marzo. En esta última semana, su importe ha ido registrando picos de subidas y bajadas y ha vuelto a precios máximos tras los atentados terroristas registrados en la capital libia en los que han muerto 29 personas y hay más de 500 heridos.
Los analistas piensan que lo más normal es que el petróleo siga subiendo de precio en las próximas fechas. La banca de inversión Goldman Sachs ha afirmado que el barril llegará a los 115 dólares dentro de muy poco y otros expertos señalan que el incremento de precio será aún mayor, y antes de terminar el año podrían llegarse a los 130 dólares por barril.
La incertidumbre permanecerá mientras no haya estabilidad social y política en estos dos países norteafricanos. El riesgo más importante es el control del Canal de Suez, por el que circula el 7% de petróleo mundial que es transportado por vía marítima. Hasta el momento no hay problemas en ese lugar y el Gobierno egipcio controla la zona, lo que explica que el petróleo suba o baje su precio en función de las noticias puntuales de cada día.
La subida de precio del crudo perjudicaría la recuperación económica que se comienza a atisbar en los países de la Unión Europea y de la que España aún no ha notado nada. Nuestra economía terminó junio con un descenso del 0,1% en su Producto Interior Bruto del segundo trimestre del año y las autoridades económicas españolas confían en que el turismo y las exportaciones permitan repuntar las cifras y España empiece a crecer, algo que no ocurre desde mediados de 2011.