Bonitos tiempos aquellos en los que aún era posible cumplir los sueños de los jóvenes. Y hablo en pasado porque en la actualidad, según las conclusiones del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), tan sólo dos de cada 10 menores de treinta años viven emancipados. Vamos, un escaso 22,1% traduciendo los datos a porcentajes. Y no, no es debido a que los afectados deseen vivir eternamente ligados a sus padres, sino por las enormes dificultades a los que deben enfrentarse, ya no para tener una casa en propiedad, sino simplemente un alquiler.
Treinta años, queridos lectores, que nos seguimos llamando jóvenes por no desprestigiarnos; pero a esa edad ya podríamos hasta ser padres de niños de entre 2 y 8 años como poco y entre tantas otras cosas.
Si subimos el rango de edad parece que las cifran mejoran algo. En la franja de los 30 a los 34 años de edad, el porcentaje de jóvenes emancipados se eleva al 72,9%.
Volviendo de nuevo a centrarnos en el trabajo de investigación del CJE, cada joven debería estar cobrando un 80% más del salario que percibe –si tiene la suerte de estar trabajando, claro- para poder acceder a la compra de una vivienda… ya que los bancos defienden que el 30% del sueldo es el que debe estar destinado a pagar la hipoteca.
Haciéndonos eco de este hecho, todos los jóvenes de entre 30 y 34 años y con trabajo, deberían trasladarse a Extremadura y Castilla-La Mancha, únicos lugares en España donde podrían acceder a un alquiler o compra de vivienda al ser los más económicos del país.
Imagen: lasexta